La recesión gingival es un proceso por el cual la encía se “recoge” sobre el diente dejando expuesta parte de su raíz. Las causas por las que ocurre este fenómeno son variadas y pueden incluir distintos factores tales como: edad, traumatismo, cepillado incorrecto o traumático, el uso de cepillos de dientes medianos y duros, la pérdida de hueso por periodontitis, etc. Se sabe que la mayoría de las recesiones gingivales que aparecen en pacientes jóvenes de 30-35 años tienen hasta un 70% de probabilidades de progresar, es decir, que la encía continúe recogiéndose frente a ese diente afectado; por lo que es imperativo tratarlas a tiempo. Si no se tratan, el recogimiento de encías puede ocasionar varios problemas entre los que se cuentan: compromiso estético (dado que el diente se ve más largo lo que resulta anormal), aumento del riesgo de caries e hipersensibilidad dentaria frente a los cambios térmicos, estímulos táctiles en la zona y/o consumo de ácidos.  
El tratamiento de las recesiones gingivales debe iniciar por la identificación y control del factor causal. Si se controla ese factor, las recesiones pueden tratarse de manera efectiva mediante la realización de cirugía plástica periodontal. Este procedimiento (que se considera el “estándar de oro” de tratamiento) es la opción más biológica y favorable a largo plazo dado que permite recuperar el tejido blando perdido y reposicionar la encía para cubrir la superficie radicular expuesta. El profesional indicado para la realización de este tipo de cirugía es el periodoncista, profesional que a parte de sus estudios de odontología, ha cursado 2 o más años de subespecialización en el tratamiento de todo tipo de enfermedades gingivales.